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Devocional # 17

En Éxodo capítulo 17 Jehová da agua a Israel de una roca, tipo de Cristo, y seguidamente los israelitas derrotan a Amelec por la mano victoriosa de Dios.

Las acciones divinas siempre son hechas por Dios demostrando lo imposible que son para nosotros. Las fuerzas de la naturaleza nos demuestran que el poder y las acciones nos pueden superar como seres humanos, que somos polvo y que nada podemos hacer. Dios muestra su poder siempre en aquellas situaciones y de las formas que son imposibles para nosotros.

Pensar que una piedra dura y seca dé agua es realmente increíble, y por eso, se busca una justificante racional para poder explicar el milagro. Muchos se aferran a la vieja roca del Medio oriente que está partida a la mitad, y con ello quieren decir que una fuente de agua sale del suelo y rompe la roca, haciendo creer a los israelitas que el agua salió de la piedra. Pero semejante percepción indica que Dios miente, engaña y embrutece a las personas, usando su retraso y falta de comprensión. Pero los israelitas no eran brutos ni retrasados, eran inteligentes y sabios; su pecado era ser desobedientes. Habían trabajo siglos las piedras para construir las pirámides egipcias; es obvio que sabían cómo era una piedra y la dureza que las caracteriza.

En Éxodo 17 no dice que la piedra “se partió” por la fuerza del agua, dice que “el agua brotó de la piedra”. No se partió ni se conmovió, la piedra solamente produjo agua. La mano de Dios estaba allí y su poder creador se hizo manifiesto. Nadie puede hacer que el agua produzca agua, solamente la mano de Dios. ¡Qué milagro tan impresionante ante los ojos de los arquitectos e ingenieros judíos que venían de Egipto!

El milagro fue tan evidente, que el pueblo sencillo, que una vez fue esclavo, tuvo la fe y la confianza de enfrentarse a Amelec y vencerlo. Si Dios puede hacer que una piedra inerte produzca el vital líquido, ¿no es capaz de dar la victoria ante el fiero enemigo Amelec?

De la misma manera, si como hijos de Dios vemos el poder de Su gracia y la manifestación de su divinidad en Cristo, ¿por qué vivimos con tanto temor y ansiedad? Si Él es capaz de dar agua de una dura e inerte roca, es capaz de vencer y darnos la victoria en cualquiera cosa que vivamos.

El Apóstol dijo: “Porque más poderoso es el que está en vosotros, que el que está en el mundo”. Y si creyéramos ciertamente en lo que Dios dice, entonces seríamos creyentes que experimentan la verdad de ser más que vencedores por medio de Cristo.

Estimado hermano, Dios le ha llamado a ser fiel, a ser obediente. ¿Cómo espera ver a Dios actuar cuando no es fiel a Él? Dios nos manda a ser miembros de una iglesia local, a vivir la obra misionera, a servir a otros creyentes y a la comunidad, a ser medios de la predicación del Evangelio de Cristo.

¿Será posible que se levante un pueblo que realmente ama y obedece al Señor? Si, porque es Él y no nosotros quienes luchamos, nosotros solamente seguimos las pisadas del Maestro que ha vencido para siempre.