El origen del nombre «bautista» está precisamente en las Escrituras, y hablar un poco de nuestros distintivos Bautistas, hace conveniente un comentario sobre la necesidad de este conocimiento. Aunque no es algo que promocionemos, regularmente los Bautistas no somos muy bien recibido cuando somos claros con nuestra fe. Es muy común que se acerquen a los Bautistas porque ayudan, dan comida, se esfuerzan en construir edificios, o en mantener ministerios, pero no les gusta cuando eso demanda compromiso y agradecimiento, sujeción y aprendizaje de la Sana Doctrina. Creo que todos los Bautistas entendemos la necesidad de una santidad donde nos diferenciemos de los otros por una vida consagrada, de oración y, muy evidentemente, de estudio de las Escrituras.
Hay una pregunta que algunos hacen: “¿Porqué ustedes se llaman Bautista Landmark? ¿Son fundamentales?”. Creo que es conveniente responderla en este caso.
En nuestro día, hay muchos, incluyendo a otros bautistas, que odian el nombre “Bautista Landmark”. A ellos no les gusta la obra doctrinal y misionera que hacen los Bautistas Landmark, porque son muy firmes en sus convicciones, y entonces ellos ponen presión en contra de los Bautistas Landmark de cualquiera forma que puedan. Esto ha llegado al punto de presionar Iglesias a rechazar el nombre “Bautista Landmark”. Estos hermanos que abandonan el nombre “Bautista Landmark” no entienden los asuntos envueltos en esto; y aunque son libres de escoger cómo llamarse y cuáles doctrinas aceptar, son igualmente responsables de sus decisiones. ¿Por qué, pues, nos hacemos llamar “Landmark”? Varios aspectos podrían ayudar a responder:
- Como iglesias, tenemos que identificarnos con un nombre que nos separe de las otras doctrinas y prácticas, porque la gente no sabrá qué doctrina y práctica tenemos nosotros como Bautistas. El uso de nombres bautistas, como “Iglesia Bautista”, o “Iglesia Bautista Tal”, es probable que no explique con claridad las doctrinas y practicas bíblicas que se tienen. No todos los Bautistas tienen nuestra posición con respecto a la iglesia local y la interpretación de las Escrituras.
- El hecho de que hay “Bautistas” que no viven en conformidad con las doctrinas de los Bautistas Landmark, no cambia la posición de los Bautistas Landmark acerca de la separación bíblica; ni tampoco nos molesta compartir con otros hermanos Bautistas, aunque no compartan del todo nuestras doctrinas.
- Creemos que el nombre “Bautista” identifica a alguien que es salvo porque se arrepintió de sus pecados, creyó al Evangelio y se bautizó bíblicamente, rechazando el pecado en su vida, y así comenzar una vida nueva en Cristo, separándose de las prácticas de este mundo. Pero sabemos que muchos no bautistas son salvos; la salvación es por creer en Jesucristo; sin embargo, debido al cambio doctrinal, los Bautistas preferimos mantener comunión solo con aquellos que son doctrinalmente similares a nosotros.
- Otro aspecto de llamarnos Bautistas, es porque Jesús dio a Juan el nombre de “el Bautista” (Mat. 11:11; Lc. 7:28). Juan es el único personaje que recibe el nombre de “el Bautista” en la Biblia. Juan es “el principio del Evangelio de Jesucristo”, según Marcos 1:1, porque es el precursor que “preparaba el camino del Señor”. Jesús le dio a Juan un título muy alto, y Juan se identificó a sí mismo como “el amigo del esposo” en Juan 3:29, y Jesús afirmó que “entre los nacidos de mujer, no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista” (Mat. 11:11). Esta importancia se le da a Juan debido a cuatro características de su misión:
- Es quien “prepara” el camino del Señor (Mat. 3:3). Juan predicaba para que las personas pudieran recibir al Mesías cuando se manifestara.
- Es quien predica el “bautismo para arrepentimiento” (Mrc. 1:4). Es decir, predicaba que todo arrepentido de sus pecados, se bautizaba como una evidencia visible de su conversión.
- Es quien conducía a los pecadores a Cristo (Mat. 3:11). Señalaba directamente a Cristo como el único que podría dar el Espíritu Santo.
- Es quien se apartaba para darle lugar a Cristo (Jn. 3:30). A pesar de la popularidad, Juan cedió su lugar para que fuera solamente Cristo.
Estos 4 puntos básicos nos demuestran que Juan el Bautista tenía una misión, un mensaje, una doctrina y un Salvador. Por siglos, este mensaje a identificado a los creyentes, y los ha colocado en la posición correcta de las Escrituras.
Es probable que algunos digan que Juan el Bautista es del período de la Ley, un tema que ya demuestra una separación entre nosotros y los demás. Nosotros creemos que la Ley termina con el nacimiento de Cristo, y allí comienza la gracia (Juan 1:17-18); es decir, Juan el Bautista está dentro del período de la gracia, y puede llamarse “amigo del esposo” con toda libertad (Jn. 3:29). Aunque Juan nunca fue parte de la iglesia, ya no era parte de la Ley, y Juan pudo ver la iglesia fundada, por lo que enviaba a sus propios discípulos a Jesús. Juan será un “amigo invitado” en las Bodas del Cordero.
Otro punto, es que sabemos que el bautismo que Juan practicaba era el Bautismo ordenado por el Padre (Jn. 1:33), y por tanto, era el Bautismo del cielo (Mat. 21:25). Este bautismo no fue anulado; Jesús nunca volvió a bautizar a sus discípulos, porque “Jesús no bautizaba”, sino sus discípulos ya bautizados por Juan (Jn. 4:1-2). Jesús no solo aceptó el Bautismo de Juan como válido, sino que Él mismo se sometió a ese Bautismo (Mat. 3:15). Esto es porque el Bautismo no es de Juan; no fue Juan el Bautista quien inventó el Bautismo; el Bautismo en agua es ordenado por el mismo Padre Celestial y es practicado por quienes creen en Él(Lc. 7:29); en tanto que quienes rechazan a Dios no quieren el Bautismo de Juan (Lc. 7:30).
¿Por qué nos identificamos como “Bautistas”?
Hay varias causas específicas, que explicaré en el presente estudio, pero básicamente podría resumirlas en las siguientes:
- La Historia misma de la Iglesia. Esto como fuente externa de influencia. Las iglesias Centroamericanas tuvieron una historia Bautista muy fuerte, que algunos rechazaron por ser “extrema”, por su énfasis en el Bautismo por inmersión y la iglesia local solamente. Muchas iglesias centroamericanas practicaron la Cena Cerrada, e incluso la iglesia Central tuvo a uno de los mayores Bautistas Latinoamericanos como pastor, al pastor Aurelio Gutierrez, de origen nicaragüense, y formado entre las iglesias Landmark de Texas. Trabaja junto al misionero Bell, de Panamá.
- La Doctrina Bíblica que se predica entre los Bautistas. Lo que consideramos como “fundamental” y “conservador”, en libros, doctrinas, predicadores y culto, es una herencia mayormente de origen bautista. Pocas iglesias evangélicas (si hay) podrían decir que sus doctrinas no son bautistas, cuando en sus seminario y bibliotecas no hayan estudiado a un Bautista. Pero el grueso de la literatura es Bautista, así como de los predicadores cristianos más bíblicos, como Adrián Rogers, Charles Stanley, y otros. Incluso entre los “calvinistas” los más influyentes y fuertes, son Bautistas en América.
Por eso, buscar bíblicamente el ser validado en un Bautismo correcto, en la autoridad de la iglesia Bautista Landmark, y en la doctrina de la Escritura, es lo que hace crecer las iglesias. Nuestra voluntad y decisión en obedecer al Señor debe ser en firme más que cualquier otra cosa.
Los Distintivos Bautistas Landmark implican Separación
La separación bíblica es el reconocimiento de que Dios ha llamado a los creyentes fuera del mundo, y a la preservación de una pureza personal y de grupo, en medio de una cultura pecadora. Usualmente la separación bíblica está considerada bajo dos divisiones: personal y eclesiástica.
La separación personal involucra un compromiso individual a un nivel de comportamiento piadoso, es decir conforme a los estándares que Dios ha puesto en su palabra. Daniel practicó la separación personal cuando él “…propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía…” (Daniel 1:8). La suya era una separación bíblica, porque su norma de vida estaba basada en la revelación de Dios en la ley Mosaica. Notemos los siguientes versículos de las Escrituras: Romanos 13:14; 1ª Tesalonicenses 5:22, Romanos 14:5. La Biblia enseña claramente que el hijo de Dios debe estar separado del mundo (2ª Corintios 6:14-17; ver también 1 Pedro 1:14-16). ¡Esto es un distintivo!
La separación eclesiástica comprende la decisión de una iglesia respecto a su relación o compañerismo con otras iglesias, basada en su teología o prácticas. La separación está implícita en la palabra misma “iglesia”. La palabra griega ekklesia significa “una asamblea separada”. En las palabras de Jesús a la iglesia de Pérgamo, Él advirtió contra la tolerancia de aquellos que enseñan falsas doctrinas (Apocalipsis 2:14-15).
La iglesia debe permanecer separada, rompiendo lazos con la herejía. Un ejemplo moderno de separación eclesiástica puede ser una postura denominacional contra las alianzas ecuménicas para evitar la unión con los apóstatas.
La separación bíblica no requiere que los cristianos eviten tener contacto con los incrédulos. Como Jesús, debemos ser amigos de pecadores, sin tomar parte en su pecado (Lucas 7:34). Pablo expresa una visión balanceada de la separación en 1ª Corintios 5:9-10. En otras palabras, estamos en el mundo, pero no pertenecemos a él.
Los distintivos Bautistas, es decir nuestra separación, no son ninguna invención nueva; esta en la misma esencia de Dios; Él es Santo. Desde el mismo inicio de la creación vemos nuestros distintivos (Génesis. 1:4, 6-7, 11-12, 18, 21, 24-25, 26-27 hombre-mujer).
Como se ha anotado, el esfuerzo de los bautistas por conformarse a los principios de Cristo Jesús, sin la imposición de la tradición ni los agregados históricos, es lo que los hacen reclamar su linaje como cristianos del Nuevo Testamento. Durante muchos siglos el cristianismo neotestamentario existió en secreto, por tanto no aparece en las historias escritas por católicos o de las iglesias oficiales. Lo que sigue no trata del comienzo, sino de la aparición en la historia de un pueblo llamado bautista.
«El grupo de estos cristianos neotestamentarios que surgió en Inglaterra por la influencia de las iglesias verdaderas, fue llamado Bautista en 1644 por sus enemigos. Antes de esto, ellos se habían llamado a sí mismos «Iglesias de los bautizados en Cristo» y «Congregaciones de los bautizados según la norma primitiva». Sus enemigos, desde siglos anteriores, les llamaron primeramente anabautistas, pero ellos rechazaron enérgicamente ese nombre.
«Era lógico que se aplicara el nombre bautista a estos discípulos neotestamentarios, siendo que constituían el único grupo en toda Inglaterra que bautizaba por inmersión sobre una profesión de fe. Pasaron diez años o más antes de que los bautistas mismos emplearon el término para describirse a sí mismos. «Cuando este nombre fue aplicado a los bautistas ingleses ya tenían unas 50 iglesias. Todos ellos creían en la autoridad de las Escrituras, la necesidad de la regeneración antes del bautismo, la independencia y autonomía de la iglesia local, y otras doctrinas básicas que caracterizan a los bautistas de hoy día, pero que fueron considerados en aquel tiempo como anarquía, tanto religiosa como política.» (Roberto A. Baker, Los Bautistas en la Historia, pp.51-52)
Los bautistas ingleses
Sin duda alguna hubo varios factores que confluyeron a la vez para que apareciese la iglesia bautista en Inglaterra en muchos antes de la primera mitad del siglo 17. Probablemente la antigua forma del cristianismo fue preservada en las islas británicas debido a su aislamiento del resto de Europa. Sobre todo el país de Gales sirvió de refugio cuando la Iglesia Católica Romana perseguía a los disidentes a lo largo de los siglos. Como prueba de ello es la reacción popular a los ataques de Juan Wycliffe (s. 14) sobre la Iglesia y luego la rápida extensión del ministerio evangélico de los lolardos (s. 15).
En el siglo 16 hubo una inmigración de anabautistas holandeses a Inglaterra. Aunque intentaron encubrir sus creencias, varios fueron arrestados, torturados y aun quemados. A pesar de que faltan escritos históricos al efecto, es interesante notar que las iglesias bautistas se levantaron precisamente en las mismas regiones donde vivían antes los anabautistas holandeses.
Quizás el factor más importante fue la traducción del Nuevo Testamento del griego al inglés común por Guillermo Tyndale en 1526. Aunque el rey de Inglaterra y la iglesia sobre la cual presidía determinaron la destrucción de todas las copias de su Nuevo Testamento, no dejó de ser popular. La Palabra de Dios circuló en Inglaterra un siglo entero antes del surgimiento de las iglesias bautistas.
«Los antecesores espirituales de los bautistas derivaron directamente del Nuevo Testamento, pero aparecieron en Inglaterra bajo el nombre bautista en el siglo 17. El redescubrimiento del Nuevo Testamento como norma y autoridad atrajo a hombres y mujeres de la iglesia establecida para que siguiesen tras aquellos que se distinguían por los principios del Nuevo Testamento. (ídem., p.53).
Pero debemos aclarar que la confusión surge cuando John Smyth inicia su iglesia Bautista Reformada, que es una iglesia protestante; mucho antes de John Smyth ya habían iglesias bautistas en Inglaterra, pero se documentaron solo después de que los Reformados aptaran por aplicarse el nombre «Bautista».
La «sucesión» bautista
«La pretensión bautista de ser continuadores de los tiempos primitivos no es ni más ni menos que lo siguiente: que durante las edades pasadas ha habido personas, a veces numerosas y distinguidas, esparcidas muchas veces por las persecuciones, que han sostenido en sustancia los mismos principios distintivos que nosotros sostenemos hoy.» (W.B. Boggs, Los Bautistas, ¿Quiénes son? y ¿Qué creen?, p.69)
«Históricamente la denominación surgió después de la Reforma, no como un cisma de ella, sino como una expresión nueva y espontánea de la sucesión de la fe neotestamentaria que siempre emerge cuando hay una Biblia abierta .» (Justo C. Anderson, Historia de los Bautistas, Tomo I, Sus Bases y Principios, p. 154)
Los bautistas no somos «protestantes»
«Los bautistas… eclesiástica e históricamente no son protestantes porque no representan ni una ruptura con Roma, ni una ruptura con una de las iglesias protestantes.» (ídem., p. 150)
Aunque existen muchos puntos de coincidencia entre los bautistas y los protestantes, existen también divergencias doctrinales. Hoy en día no se notan tanto las divergencias puesto que las iglesias protestantes establecidas en las colonias americanas terminaron adoptando muchos de los principios proclamados y defendidos por los bautistas. Tampoco son protestantes los bautistas porque las raíces son distintas. Todas las iglesias protestantes surgieron de la Iglesia Católica Romana, directa o indirectamente. Sin embargo, las iglesias bautistas son una continuidad de la iglesia de Jesucristo, desde que Él la estableció sen su ministerio terrenal, y desde entonces han habido iglesias bautistas fundamentadas en la Palabra de Dios.