Introducción a la Crítica Textual

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Introducción General a La Crítica Textual

Esta introducción pretende explicar y dejar en claro cuál es el propósito de la Crítica aplicada a los manuscritos bíblicos, y cómo ésta es usada por el Espíritu Santo cuando se emplea de la manera correcta.

¿Qué es la Crítica Textual?

Podemos definir la crítica textual como el arte de investigar los escritos antiguos para determinar cuál es el original escrito. Es decir, parte de la idea general de que el texto está incompleto, corrupto o modificado, y por tanto, no es fiable en su versión actual.

Debemos recordar que la crítica textual se aplica a cualquier texto, y no solamente es aplicado a las Escrituras. Existe crítica textual para casi todos los escritos antiguos, incluyendo las obras de Homero, y otros escritores griegos. Cuando se lleva la materia de idiomas clásicos en una universidad, se le enseña al estudiante ha hacer crítica textual, porque el común denominador es que las copias de los originales corrompen el texto que se tenga en uso.

La crítica textual también incluye la edición crítica, que es parte, pero no el todo, de la crítica textual, ya que la edición crítica:

  1. Lleva a cabo diversas ediciones de carácter científico, dependiendo de la finalidad que el editor se enfrenta en su trabajo; si el editor decide quedarse en una frontera meramente documental, realizará ediciones mecánicas (“aquella que se obtiene por procedimientos fotográficos, fototípicos o fototipográficos”, Ruíz, p. 108), o ediciones diplomáticas (“la que reproduce con mayor fidelidad la lección de un manuscrito sirviéndose de medios tipográficos”, Ruiz, p. 108).
  2. A nivel de presentación de un texto (y no de un documento concreto, aunque sea el “codex unicus” conservado de una obra), la edición crítica se propone como una interpretación textual que tiende hacia la legibilidad del texto y su correcta interpretación, destinada a un público no necesariamente de especialistas (lo que sí sucede en los casos anteriores)1.

Un punto determinante, es que la crítica textual nació, primeramente, enfocada en los escritos griegos antiguos de la literatura universal, lo que, a su vez, el humanismo incluyó los escritos sagrados de la fe cristiana.

Vocabulario Básico

  1. Hagiógrafo. Palabra compuesta de dos palabras griegas:
    1. agio (santo, separado, consagrado),
    2. grafo (escritor, escriba).
    3. La palabra compuesta literalmente significa “escritor santo” o “escritor sagrado”. Popularmente se dice que el hagiógrafo es el que escribe el texto original, porque fue quien lo escribió de primera instancia con su propia mano.
  2. Testigos. Se le llama testigos a todas las copias anteriores a la imprenta, que permiten establecer el texto.

    1. Los manuscritos. Se le llama manuscritos porque están escritos en letra manuscrita.

    2. Los unciales. Se le llaman unciales porque están escritos en letras mayúsculas.

    3. Las citas. Se les llama citas porque son fragmentos en otros escritos, aparecen como citaciones de autores de otros libros.

    4. Las versiones.

  3. Familias. Se refiere a la línea de textos griegos que mantienen una consonancia, y se formularon en un determinado contexto cultural, teológico y geográfico:

    1. La Familia Bizantina. Los textos de la familia bizantina fueron copiados y preservados en Bizancio (de allí que se llamen bizantinos).

Las Escuelas de Crítica Textual

Son diferentes las formas en que la crítica textual se presenta. De hecho, ningún estudiante serio de la Biblia rechaza la crítica textual; en la familia de textos bizantinos se realiza una crítica textual tan seria y formalmente, como sucede con los textos alejandrinos, pero no se pretenden cambiar los testigos de ninguna manera. El problema no radica propiamente en la crítica, sino en la escuela crítica a la cual se pertenezca. Ningún estudiante de las Escrituras, en sus idiomas originales, ignora que existen variantes en los escritos antiguos, y que la cantidad exagerada de manuscritos hace titánica cualquier intento de establecer un consenso sobre las variantes. Personalmente considero que existen dos escuelas de crítica textual realmente formales, que clasifico de la siguiente manera:

  1. La Crítica Textual Académica, o simplemente Crítica Textual. Con esto quiero indicar al grueso de los partidarios de la Crítica Textual, con eruditos de todas las confesiones

  2. La Critica Textual Ecdótica. Con este término, ecdótico, quiero identificar a la crítica general, aplicada a cualquier libro antiguo o moderno de estudio, y que se divide por profesionales con características muy específicas.

Esto no significa que “Crítica Textual” sea exclusivamente de la Biblia, sino de cualquier libro.

¿Cuál es el propósito de la Crítica Textual?

Según la misma crítica textual, su propósito puede ser determinado en dos áreas:

  1. Establecer cuál es el texto más antiguo o la forma más cercana al original. Esto, bajo la premisa que afirma que ningún texto antiguo, incluso de la Biblia, puede permanecer o ser preservado con fidelidad.

  2. Comparar los mss., reagrupándolos por familias, y construyendo un árbol genealógico de los mismos, para determinar los precursores, el precursos (original hipotético), y así establecer cuál de todos es el manuscrito más antiguo. Igualmente, se asume que ninguna copia es fiable en su contenido, sino un testigo parcial de lo que fue el original.

En el fondo, la crítica textual está enfocada en la investigación académica y formal de cualquier escrito antiguo, determinando su validéz y exactitud más cercana con el original escrito. No obstante, la crítica misma reconoce que no puede establecer cuál es el original, y por ello le llama precursos hipotético al mss. más antiguo conocido.

Los problemas de los escritos antiguos desde la perspectiva de la crítica textual:

Debido al propósito académico de la crítica textual, ésta presenta diferentes problemas cuando quiere determinar un texto original, ya que depende de las investigaciones humanas y de la capacidad intelectual del investigador literario. Debemos recordar que el concepto de inspiración de un crítico académico varía leve o totalmente del concepto de un crítico tradicional. Entre los problemas que la crítica textual académica presenta tenemos:

  1. El hagiógrafo como tal no es precisamente el hombre inspirado. Este error se fundamenta en que en el escrito original estuvieron involucrados, como mínimo, dos personas: el profeta o vidente inspirado, y el escritor, que en este caso sería el hagiógrafo. Por ello, la Crítica afirma como impropio pensar que la inspiración está en el hagiógrafo, porque el inspirado fue el vidente y no el escritor. Por ejemplo, podemos considerar a Jeremías, quien tenía un escriba llamado Baruc. Debido a que Baruc fue quien escribió, pero fue Jeremías quien recibió el oráculo, entonces la inspiración es verbal y no escrita, porque Baruc no fue inspirado.

  2. El hagiógrafo pudo haber escrito el original, y haberlo copiado él mismo, lo que da por sentado dos copias originales. Debido a que no fue el inspirado, entonces sus copias no son inspiradas, o una sí, pero la otra no, porque ya es una copia.

  3. Debido a que un mensaje se debía transmitir a muchos, probablemente otros individuos, aparte del hagiógrafo, hicieron copias, lo que pudo generar errores minúsculos o cambios intencionales en palabras o dichos para adaptarlo al público receptor (recordemos que este punto de las copias es totalmente especualtivo por parte de la crítica textual, porque nadie sabe si hubo un original por muchos años, o si hubieron copias inmediatamente después de hacerse la escritura original).

  4. Si fueron varias personas que copiaron, el riesgo de transmisión errónea se multiplica:

    1. Pudo haber cambios de estilo y contenido, como omisiones insignificantes o aclaraciones al margen.

    2. Una multiplicación exesiva de copias que, aunque testifican de la verdad del escrito, pueden incluir variantes dentro del texto.

    3. El original, debido a que estaba escrito en un material perecedero, se perdió para siempre y solamente quedaron las copias tergiversadas o cambiadas.

    4. Los escritos más antiguos e importantes son los de las cuevas de Qumrám.

Como veremos más adelante, estos conceptos presentan un problema serio para la doctrina de la inspiración desde la perspectiva bíblica. Aunque no toca el texto bíblico en sí, la idea contradice la doctrina de la preservación divina que se ha enseñado por siglos, que estipula que, en el caso de Baruc, él escribió el dictado de Jeremías tan fiel y exactamente, que su propia escritura es tan autoritaria e inspirada como el mensaje que Jeremías recibió de Jehová. Además, la doctrina de la inspiración verbal y plenaria afirma que cada palabra, y no solamente los conceptos en el escrito original fueron inspirados. Además, da por un hecho que los primero en recibir el mensaje no consideraban el escrito “infalible”, sino que lo veían como un mensaje que podía ser trastocado sin peligro alguno. Esto pone en duda las muchas afirmaciones bíblicas de que los escritos de Moisés, por ejemplo, eran divinamente dados y, por ello, era penado añadir, omitir o cambiar su contenido (Dt. 4:2).

¿Tiene valor la crítica textual?

Cualquier trabajo filológico enfocado en esclarecer el real contenido de un escrito antiguo es digno de aprecio. Ambas escuelas de crítica textual son valiosas para el descubrimiento de la centralidad de la fe, ya que cada una se enfoca en su propio propósito y condena a la otra. Así, el estudiante objetivo puede analizar ambas escuelas e inclinarse por la que más se acerque a sus intereses. El problema entra cuando hablamos de la misma Biblia, la cual se afirma es la Palabra de Dios.

Por ejemplo, al considerar que en la crítica textual académica se han descubierto más de 5,000 variantes en el Nuevo Testamento, podemos pensar cómo la Humanidad ha ido intentando hacer perder la verdad de Dios revelada en el Libro. Incluso dentro de la familia bizantina encontramos muchas variantes. Las variantes son regularmente mayores en el Nuevo Testamento que en el Antiguo Testamento, debido a que el Antiguo Testamento fue dado a una nación como parte de su identidad y no fue dado a otras naciones, como sí sucede con el Nuevo Testamento; pero esto afirmaría que el AT es más fiel y preservado que el NT.

La crítica textual pura no es partidaria de una familia determinada de mss., sino que es una ciencia aplicada a cualquier escrito, lo que la hace de gran valor. El problema con la crítica textual académica, de algunas sociedades cristianas, es la lucha de establecer como válido un grupo de escritos antiguos, porque condenan a cualquiera, que no acepte sus postulados, como dogmático, y estable sus propios dogmas como académicos. Por eso, es importante distinguir entre ambas escuelas de crítica si queremos ser objetivos al decidir sobre cuál de las dos inclinarnos. Incluso las sociedades que afirman no ser de crítica textual la emplean cuando buscan el original de los textos del Texto Recibido.

¿Existen peligros en la ecdótica?

Cuando estudiamos la Crítica Textual o la Ecdótica, el traductor o revisor no solamente debe presentar las “virtudes” de la Crítica, sino también sus errores y sus peligros. Sin embargo, es común que en el círculo de la Crítica Textual nunca se presenten sus errores o peligros. Al igual que las teorías científicas modernas, muchos eruditos enseñan como infalible sus ideas de crítica, incluso como más seguras que la misma Escritura. Algunos fallos que podemos ver en la Crítica Textual, son los siguientes:

  1. El problema de carácter poco científico es aceptar ciegamente que la Crítica Textual es perfecta. Es el caso del evolucionismo, en el sentido de considerar una realidad cuando es una teoría. La Crítica Textual se maneja por teorías, ya que es imposible que pueda determinar que tal o cual texto realmente no aparece en los originales hagiográficos. Por eso, los trabajos de crítica serios, añadirán la palabra “probablemente”, “es muy cercano” o “quizá ese sea el más cercano al original”, pero evitará los absolutos. Aunque sabemos que muchos críticos textuales están convencidos que su teoría es la absoluta verdad.

  2. Los problemas hipotéticos. Aunque la Crítica Textual es una ciencia seria, no obstante, es común que la hipótesis predomine en sus definiciones. Pondré un ejemplo lo suficientemente controversial: 1ª Juan 5:7. A nivel de crítica textual, se considera este texto una adición al texto original. Incluso quienes apoyan la línea bizantina, concluyen en que es muy probable que este pasaje no esté en los originales; sin embargo, ningún erudito puede asegurar que no estaba entre los originales, porque ellos mismo entienden que nadie tiene los escritos hagiográficos. Entonces, la hipótesis más probable para ellos, ha llegado a ser considerada una realidad, aunque eso no es realmente verdad, porque no hay manera de afirmarlo. El caso de 1ª Juan 5:7 lo veremos más adelante.

  3. Los problemas doctrinales. Como toda ciencia humana, la Crítica Textual comienza a rechazar cualquier atisbo de fe o de doctrina. El señalamiento normal de la Crítica Textual es que “no se puede dogmatizar los textos”, y que un erudito, ya sea católico o protestante, es apto para definir, mediante la ciencia humana de la investigación, cuál es la certera Palabra de Dios, aunque estos eruditos rechacen la fe y los principios teológicos cristianos.

  4. Los problemas de tipo literario. La Crítica Textual tiende a considerar los escritos bíblicos como escritos antiguos del mismo valor que la Ilíada de Homero o las obras de Juan Boscán. Aunque se afirma, y se indica que se acepta la inspiración e inerrancia de las Escrituras, regularmente los Críticos no temen en llamar “diabólica”, “satánica”, “obra de demonios” o “escritura manoseada por el diablo” a cualquier texto que no sea aceptado dentro del rango académico de escritos antiguos. Ellos habla abiertamente contra Erasmo y cualquier otro que apoye los textos bizantinos, exponiendo su vida y carácter como ejemplo de corrupción, pero condenan al que saque a la luz pública la vida personal de Constantino Tishchendorf o de Kurt Aland, a quienes se les ha considera inerrables dentro del criticismo religioso.

  5. Los problemas de percepción científica u objetividad. Cuando se acepta una posición, es normal la tendencia a despreciar cualquier otra que no esté a favor de aquello que se acepta. Este es el caso de la Crítica Textual, porque existe el riesgo de despreciar un manuscrito por no ser tan antiguo o por no pertenecer a determinada familia, sin haber hecho un análisis interno. La ecdótica exige, no solamente el estudio de los escritos antiguos o testigos, sino del contenido interno del texto para determinar si tiene relación o no la tiene. Además, se considera el uso constante dentro del texto de la frase, palabra o variante determinada para definir si es posible que esté o no dentro del texto en cuestión. Es muy normal que los partidarios de la crítica textual se parcialicen.

  6. Los problemas de aceptación mutua. Otro aspecto, a nivel del carácter del crítico, es la falta de tolerancia o aceptación de que haya otra persona que piense diferente, y puede tornarse enemigo o grosero contra quien niegue los textos comúnmente aceptados por la crítica textual. Regularmente esperan de sus alumnos sumisión absoluta y aceptación total de todos los postulados de la Crítica Textual Académica, aunque la misma no los establece como infalibles o reales.

  7. El problema de la preservación. Regularmente, la Crítica Textual Académica, tiende a decir, de forma tácita, que desde antes del 1500, la iglesia ha tenido un texto corrupto o “manoseado”, es decir, que hasta ahora tenemos una oportunidad para ver si quizá tenemos la Palabra de Dios completa. Algunos incluso aseguran que estudiar la Biblia en el idioma receptor (en nuestro caso el español), no nos da el verdadero sentido y significado, lo que asume que el estudio es deficiente y por ello, erróneo o limitado, restando autoridad a la doctrina expuesta.

Dentro de la Crítica Textual Académica encontramos la mayoría de eruditos y teólogos modernos, escudados en la profesionalidad de la materia. Cuando Tischendorf tomó sus manuscritos del convento antiguo, comenzó el rechazó de una Biblia correcta, y se comenzó a aceptar que las Biblias de la familia Bizantina, son defectuosas.

El verdadero uso de la ecdótica

La ecdótica es una rama de la filosofía que tiene que ver con la edición de textos antiguos con el fin de determinar erratas o errores en determinado libro. La ecdótica es solamente una parte del espectro investigador de las ciencias filosóficas, porque junto a ella podemos encontrar la Crítica Radical, que recibe también el nombre de Crítica Mayor, Alta Crítica, Crítica Histórica o Método histórico-crítico.

Como es propio de la ecdótica, el sistema busca el original desaparecido, por medio de las múltiples copias existentes del documento en cuestión. Esto puedo ser considerado en relación a las obras de Homero o a los escritos sagrados, ya sean la Biblia o el Corán; es solamente un postulado racionalista.

Como dijimos anteriormente, existen escuelas de opinión sobre la Crítica Textual Bíblica, y éstas escuelas regularmente se contradicen entre sí. Por ello, es importante que todo estudioso serio de la Biblia haga un uso adecuado de la ecdótica, sin por ello caer en el error de creer que tal o cual corriente de pensamiento crítico es superior o mejor. La ecdótica es ciencia pura, sin ambiguos comentarios ni ideas subjetivas, como sucede con la mayoría de las ramas de la Crítica Textual. La ecdótica no solamente velará por los escritos antiguos, sino por el contenido a restaurar; por ello, la ecdótica tendrá dos áreas de investigación pura y simple: los hallazgos arqueológicos y el testimonio interno, sin caer en un idealismo deformado de opiniones procedentes de teólogos o eruditos determinados. La ecdótica permanece solamente con cada escrito antiguo y con el contenido de éste, comparándolo con el resto del mensaje que se pretende restaurar.

Un ejemplo de cómo funciona la ecdótica podría encontrarse en Juan 1:18. Existen dos líneas de pensamiento sobre este versículo, en particular la frase “unigénito Hijo” y “unigénito Dios”. Los partidarios de la Crítica Textual aceptan la frase “unigénito dios”, mientras que los críticos bizantinos aceptan “unigénito Hijo”.

Algunos argumentos se han mostrado a favor de la frase “unigénito Dios” por parte de la crítica textual, tales como:

  1. Resalta la divinidad del Señor Jesús.

  2. Aparece en los mejores mss. Hasta ahora encontrados (se da por un hecho que son mejores debido a su edad)

  3. Coloca al Señor Jesús en una posición sublime como Dios.

Los de la Crítica Textual Bizantina aceptan “unigénito Hijo” por las siguientes razones:

  1. Resalta el contenido del Evangelio de Juan acerca de Jesús como Hijo de Dios.

  2. Se encuentra en los mss. Más empleados y aceptados por la fe verdadera.

  3. Tiene respaldo gramatical en su contexto, y es coherente con la doctrina de “Dios hecho carne”.

  4. Es un texto en absoluta armonía con el Testigo Interno (el texto propio del Evangelio de Juan, su hilo de pensamiento).

A esto, debemos analizar ambas posiciones para determinar cuál es realmente la más aceptable. Al hacerlo encontramos diferentes punto importantes:

  1. La frase “unigénito Hijo” aparece con otras variantes, al menos dos veces en el NT.

  2. La frase “unigénito Dios” solo aparece en este versículo y en ninguna otra parte de las Escrituras.

  3. Los mss., que apoyan “unigénito Dios” proceden de alejandría, uno de los centros cristianos más grandes, pero también uno de los mayores núcleos del gnosticismo, lo que se debe buscar la frase en los sentidos gnósticos para comprender su uso.

  4. Los mss., que apoyan “unigénito dios” son los mss. que demuestran demasiadas omisiones, cambios o añadiduras, sobre los Textos Tradicionales del Nuevo Testamento.

  5. Son más fiables los textos bizantinos que los textos alejandrinos.

Otro ejemplo con Mateo 17:21

La acusación de que la Reina-Valera 1960 “corrompió” Mateo 17:21, se basa en la teoría de la Crítica Textual sobre las omisiones de este y otros versículos en algunas ediciones modernas de la Biblia. Respetamos la teoría académica de los críticos textuales, y no nos interesa debatir con ellos. Pero creo conveniente conocer el otro lado de la moneda, para que podamos tomar decisiones al respecto.

Sin embargo, este versículo no es una corrupción, incluso la Crítica Textual afirma que la decisión de omitir este verso en las Biblias nuevas, está basada en la “evidencia textual” de los manuscritos “más antiguos”. Vamos a analizar esto a la luz de la Palabra de Dios y la crítica textual.

  1. Mateo 17:21 en la Reina-Valera 1960 y otras versiones leemos:

    1. En la Reina-Valera 1909 se lee: “Mas este género no sale sino por oración y ayuno”.

    2. En la Reina-Valera 1960, aparece igual a la 1909.

    3. Algunas “revisiones” más modernas de la RV, como 1995, 1977, omiten este versículo o lo colocan entre corchetes con una nota al pie.

  2. Otras traducciones de Crítica Textual, como la Nueva Versión Internacional (NVI) y la primera edición de la Biblia de las Américas (LBLA), también omiten este versículo completamente.

La razón principal que arguyen es que los manuscritos “más antiguos y confiables”, como el Codex Vaticanus (siglo IV) y el Codex Sinaíticus (siglo IV), no contienen este versículo en Mateo. Los “eruditos bíblicos”, que realmente son académicos lingüístas, han concluido que “probablemente” fue añadido por copistas, basándose en Marcos 9:29, donde Jesús dice: “Este género con nada puede salir, sino con oración y ayuno” (RV1960). Es decir, para los críticos textuales, Mateo 17:21 “pudo haber sido una interpolación posterior”, para armonizar con Marcos 9:29.

¿Es esto verdad? Es decir, ¿se ha corrompido la Palabra de Dios al no poder mantener su contenido intacto, y ahora necesita urgentemente de académicos lingüistas para corregir el error? No. La Biblia no ha sido corrompida, sino que la crítica textual cree que Dios no pudo preservar el texto, que la doctrina de que el texto ha sido preservado es errónea, y que son los académicos lingüistas los únicos que pueden restaurar el texto más cercano al original. Ellos afirman que omitir un versículo, basado en lo que ellos consideran los manuscritos más antiguos y confiables, no es corrupción, sino restauración de la autenticidad del texto bíblico. El problema surge cuando entendemos cuál es el método para señalar como “más fiel” un texto antiguo.

Además, ellos afirman que “el mensaje no cambia”, porque la enseñanza sobre la importancia de la oración y el ayuno sigue estando presente en Marcos 9:29, lo que demuestra que no hay pérdida doctrinal, aunque están procurando destruir la doctrina de la preservación, ampliamente enseñada en la Escritura. Pero son académicos, poco saben sobre la obra del Señor sobre su propia Palabra. Ven la Biblia como un libro que puede perder información, que se puede modificar y que puede cambiar su contenido con el tiempo; no es tan divino como proclaman en sus charlas.

Ahora bien, ¿qué dice la Biblia sobre la preservación de la Palabra de Dios? La Escritura misma nos asegura que la Palabra de Dios será preservada:

  1. Mateo 24:35: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”.

  2. Isaías 40:8: “La hierba se seca, la flor se marchita; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre”.

  3. Mateo 5:18: “Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido”.

Si Dios no pudo preservar cada palabra y cada frase, entonces estos versos no son correctos. Pero si estudiamos con más detalle, vemos cómo Dios ha preservado su Palabra. ¿Sabía que los versos que cita el Nuevo Testamento del Antiguo Testamento no se contradicen en lo absoluto? ¿Y sabía que no todos los textos son parte de la Septuaginta, como afirman los críticos textuales?

1Revista de Poética Medieval, 2 (1998), pp.122-123.