Génesis 3:1-6
Lo que llamamos “La Caída”, es simplemente un acto de desobediencia. Todo comenzó con el fruto de un árbol. Dios puso dos árboles en el huerto, y no sabemos qué tipo de árbol fuera. Realmente no importa cual tipo fue, e incluso pueda que exista. Los dos árboles en sí no son importantes, sino el mandamiento que caía sobre cada uno. El llamado “árbol de la ciencia del bien y del mal”, es el árbol que probaba la obediencia. Comer de ese árbol se podía conocer el bien y el mal. El otro daba la vida eterna, porque era el “árbol de la vida”. Quien comiera de ese árbol, no moriría jamás.
Aquí viene la parte importante del tema. Dios crea a Adán bajo mandamientos, no lo creó sin ordenanzas. Los lineamientos no eran una ley universal o eterna, era un mandamiento específico de dos árboles y exclusivo para Adán. Vea que Eva comió del árbol y nada pasó; los ojos se abren hasta que Adán come. ¿Por qué no pasó nada con Eva? Porque Eva recibió el mandamiento de “Adán”, no de Jehová de forma directa. Esto nos hace pensar dos cosas: O Adán enseñó mal el mandamiento, o Eva fue desobediente. Pero sin discutir este tema, vemos que la desobediencia aparece en los dos, especialmente en Adán.
Hoy quiero hablarles sobre las consecuencias de la desobediencia. La próxima semana veremos como la “autoridad” o “soberanía de Dios” trabajan armónicamente con sus demás atributos, y semejantes a Él, nosotros debemos armonizar nuestros pensamientos y nuestra fe. Recuerde la frase: “La soberanía sin autoridad, es dictadura; la autoridad sin soberanía es nula”.
- La Desobediencia produce la Caída. Siempre que una persona desobedece, el resultado siempre es negativo.
- Hay una escalinata de autoridad: Dios, la autoridad delegada en el hombre; la autoridad del hombre sobre otros hombres. Pero toda autoridad depende y surge de Dios.
- Pablo describe esta autoridad en 1ª Cor. 3:21-23, y lo hace de la manera inversa. Dios no ha perdido ni perderá su autoridad, pero eso no significa que Él sea un déspota; permite el ejercicio de la voluntad y cada persona es responsable de sus actos y decisiones.
- Estar bajo autoridad no es malo; todos, excepto Dios, estamos bajo alguna autoridad (Rom. 13:1-2).
- La Autoridad fue puesta entre nosotros para mantener el orden y castigar el mal (Rom. 13:3-7).
- La desobediencia no es puesta por la autoridad, ni elimina la autoridad; pero puede resistir la autoridad. Eva fue engañada, no hubo decreto ni fue una decisión divina, que la engañó, sino la obra de Satanás. De la misma manera, fue la decisión de Adán la que trajo el pecado. Dios nunca decretó el pecado o la entrada del pecado al mundo. Esto sucede por causa de la desobediencia de Adán; y así Adán y toda su descendencia somos responsables. (no es el tema, lo hablaremos luego). Se puede resistir la gracia y la verdad (2ª Cor. 6:1; Jd. 1:4; 2ª Tim. 3:8; Hech. 7:51).
- Volviendo al texto de Génesis, la serpiente es presentada como una criatura más astuta que otros animales.
- La palabra “astuto”, (‘arum), se usa en la Biblia unas pocas veces para indicar una tendencia desfavorable de carácter (Job 5:12; 15:5).
- También se usa “astuto” con el significado de ser “diestro” o “hábil”; pero generalmente se usa en el sentido positivo, el de ser prudente (ver Prv. 12:16, 23; 16; 14:8, 15, 18; 22:3; 27:12).
- Creo que este es el sentido; la serpiente era “astuta” en forma positiva.
- Parece que Eva no temía a la serpiente, y que conversar con ella era algo natural.
- De hecho, la serpiente era uno de los seres creados que Dios había declarado “bueno”, y “bueno en gran manera” (Gen. 1:25, 31).
- El mal carácter de las serpientes de hoy es un resultado de la caída y maldición subsiguiente, y no una característica de ese animal cuando fue creado.
- Las Escrituras aclaran ampliamente que la serpiente misma, como el animal que era, no fue responsable de la caída del hombre, sino Satanás (Jn. 8:44; 2ª Cor. 11:3, 14; Rom. 16:20).
- Desde entonces, Satanás es identificado con la serpiente (ver Apc. 12:9; 20:2), y la serpiente sufrió las consecuencias de la desobediencia y tiene que “comer polvo”, una forma literaria de hablar de su humillación y absoluta vergüenza (Gén. 3:14). ¿Por qué la serpiente si no era culpable? Porque Satanás no se ve, y la serpiente, que era hermosa al inicio, prefigura al diablo en su degradación y deformación espiritual por su desobediencia.
- Vemos que la caída afectó negativamente a todos los desobedientes:
- a Satanás, que es juzgado en la cruz (Gén. 3:15)
- A Eva, que le es aumentado el dolor durante el embarazo (Gén. 3:16)
- A Adán, el ganar la comida con el sudor de la frente, es decir, estar sometido a trabajar duramente para poder comer (Gen. 3:17-19)
- A la tierra, que tiene que llevar la maldición (Gén. 3:17c)
- A la serpiente, que tiene que llevar el estigma de recordar al ser humano quien es Satanás y su deformación espiritual (Gén. 3:14).
- TODA DESOBEDIENCIA TRAE MALAS CONSECUENCIAS. Ser desobediente traerá siempre castigo.
- Hay una escalinata de autoridad: Dios, la autoridad delegada en el hombre; la autoridad del hombre sobre otros hombres. Pero toda autoridad depende y surge de Dios.
- La Desobediencia se opone a las palabras de Dios (v. 3:3).
- La orden de Dios fue clara y sencilla (Gén. 2:16-17).
- Solo no tenía que comer del árbol. La prohibición estaba en un solo fruto: el del árbol del conocimiento. Observe que en esto se deja libre el comer del árbol de la vida.
- Eva, sin embargo, no dijo las palabras de Dios. Añadió “ni le tocaréis” (3:3).
- Dios advierte repetidamente del peligro de añadir a sus palabras (Deut. 4:2; Ap. 22:18). Usar la palabra de Dios descuidadamente es desobedecer, pues, cambiamos sus palabras.
- La Biblia nos dice que no debemos desviarnos de las palabras de Dios, debemos ser radicales en la obediencia (Deut. 17:11), porque ser desobediente trae condena (Deut. 17:12).
- Desviarnos de las palabras de Dios produce idolatría en el corazón (Deut. 28:14).
- Debemos ser fieles y detallados en las palabras de Dios (Jos. 1:7; 23:6).
- La rebelión comienza con no sujetarse a las autoridades delegadas:
- A los padres (Ef. 6:1).
- A los amos o jefes terrenales (Col. 3:22).
- A los pastores (Heb. 13:17), que son guías espirituales.
- Estas tres áreas se preceden con el imperativo: “obedeced”. No hay opciones.
- Cuando se desobedece a las autoridades delegadas, siempre habrá una reacción interesante:
- La queja de que por qué solo uno debe mandar, cuando todos han recibido la palabra de Dios (Núm 12:1-15).
- Observe que el pecado de Aarón y María comienza cuando hablan mal de la esposa de Moisés (v. 1).
- Regularmente, cuando usted se topa a alguien que habla mal de la esposa del pastor, ha mostrado rebeldía.
- La Biblia es clara que si alguien peca, debe ser llevado ante el Señor y su pueblo, no hablar mal con otras personas.
- Dice que cuando hablaron mal de la esposa de Moisés, fue por ser “etíope”. El primer indicio de rebeldía comienza con la cosa más absurda, como la xenofobia o el rechazo.
- Lo segundo que pasa, es que Aarón y María solo usaron a la esposa de Moisés para tener una fuerza en el pueblo y hablar mal de Moisés como guía (v. 2).
- Creen que por el hecho de que Dios les ha hablado, tienen la misma autoridad.
- La autoridad de Moisés se refleja en el verso 3, que era “muy manso”, es decir, era “manso en ser fiel en toda la casa de Jehová” (v. 7).
- La autoridad no tiene que ver con capacidad, ni con conocimiento o por el don que se tiene; es una función dada por Dios y se debe respetar.
- Ser manso es actuar de acuerdo a las Escrituras.
- Lo tercero, Jehová llama a los tres (v. 4), pero cuando Jehová llegó, solo llamó a Aarón y a María (v. 5).
- Dios los llamó para defender a Moisés, testificando de su obediencia a Dios (v. 6-7).
- Luego, explica que solo con Moisés tendrá una relación directa y efectiva. Allí, se enoja Jehová con Aarón y María, porque no respetaron la autoridad delegada de Dios en Moisés.
- Moisés no era perfecto, cometía muchos errores, pero era fiel a Dios y dependía de su defensa. Dios salió a la defensa de la autoridad que había delegado en Moisés.
- Observe la pregunta a Aarón y María en el verso 8.
- Lo cuarto que vemos, es que Jehová se enoja contra Aarón y María, y se va sin previo aviso (v. 9-10).
- María entonces está llena de lepra, símbolo del pecado (v. 10).
- Aarón no se llena de lepra, pero sí de una enorme y terrible culpa que lo carcome sin cesar (v. 11-12). Un terrible castigo es cargar con culpa, miseria y profunda tristeza.
- Lo quinto que vemos, es que Moisés no odia, al contrario, acude a Dios para rogar a favor de Aarón y María (v. 13).
- Una persona con autoridad no usa su autoridad para el mal.
- Jesús lo demostró en la cruz cuando pide perdón por quienes lo crucifican (Lc. 23:34).
- Jehová perdona a María, y le da la disciplina que debe cumplir delante de toda la congregación de Israel (v. 14-15). Ella había sido escupida en el rostro.
- ¿Notó que a Aarón no se le quitó la tristeza, el dolor y la culpa? Porque esta acción de Aarón y María produjeron rebeldía en el pueblo, y Aarón la cargó durante su vida.
- Hay guias que conducen a otros a ser rebeldes, y todos sufren las consecuencias. No olvides a Satanás, como trajo tras sí a la tercera parte de los ángeles.
- Observe que el pecado de Aarón y María comienza cuando hablan mal de la esposa de Moisés (v. 1).
- La rebeldía se niega a aceptar las palabras de Dios tal cual se dicen. Otro ejemplo de esto lo vemos en Números 14:39-45:
- El pueblo había pecado quejándose de Jehová (14:1-4). Observe que se fueron porque no les gustaba cómo estaba Moisés guiando al pueblo.
- Aunque trataron de apaciguar al pueblo, este se dispuso a matar a Moisés y a Aarón (v. 10), pero Jehová lo impidió.
- Jehová prueba a Moisés diciéndole que quiere destruir a Israel y hacer de la familia de Moisés una nación más grande y fuerte (v. 14-11). Moisés se niega, porque quiere obedecer las palabras de Dios de llevar al pueblo a la tierra prometida (v. 13-19).
- Jehová perdona al pueblo de ser destruido, pero no de la consecuencia de la rebeldía, y asegura que todos morirán (v. 20-38).
- Aún así, el pueblo vuelve a pecar desobedeciendo las palabras de Dios, y yendo al monte donde ya no deberían ir (v. 39-45). La terquedad y la saña son evidencias de la rebeldía.
- La queja de que por qué solo uno debe mandar, cuando todos han recibido la palabra de Dios (Núm 12:1-15).
- La orden de Dios fue clara y sencilla (Gén. 2:16-17).
- La rebeldía produce grandes pérdidas. (Gén. 3:22-23).
- La pérdida de todo es el producto de ser rebelde.
- Muchos creyentes les va mal en la vida por su rebeldía. Y no solo en lo material, sino en su familia, amigos, etc. Su mal no es una prueba, es un castigo.
- Sabemos que somos castigados por rebeldes cuando perdemos las cosas por nuestras malas decisiones.
- Adán y Eva perdieron la vida eterna en este cuerpo solo por desobedecer en comer la fruta prohibida.
- Pablo dice en 1ª Corintios 3 que muchos cristianos edificaron mal, y solo tendrán pérdidas, aunque sean salvos “así como por fuego”.
- Las pruebas por obediencia no producen pérdida, sino una evidencia de la santidad que practicamos (2ª Cor. 7:9-13).
- La pérdida de todo es el producto de ser rebelde.
- Conclusiones
- Tengamos un espíritu de obediencia.
- Practiquemos la obediencia.
- Aprendamos a ejercer la autoridad delegada.
- Arrepintámonos cuando pequemos.
- No nos obstinemos con lo que realmente no sabemos o conocemos, como la teología musical o la adoración bíblica.